LA ERA DE "PUEDO CON TODO" YA NO VALE.
Hoy en díaparece que nos cuesta pedir ayuda y todo nos lo echamos a cuestas.
Nuestroshombros pesan, están cargados de obligaciones, de "cargas" que quizásno sepamos como resolver, como hacer que sean más ligeras.
A veces esascargas ni siquiera nos pertenecen, no deberían ser nuestras cargas, pero nossentimos "obligados" a llevarlas, porque si no... ¿Quién va a hacerlo?
Me refiero alas mochilas de nuestros hijos, de las tareas de la casa, del teletrabajo, delas tareas de nuestros pequeños, de hacer de animadores para entretenerles....
Estamosacostumbrados a ponernos pesos que, con ayuda, con unas pequeñas directrices,con grandes ideas de otros profesionales que quizás a nosotros no se nosocurran, serían mochilas más ligeras. Una mínima inversión que puede aliviaruna carga máxima.
No tenemoscostumbre de pedir ayuda, cuando pedirla sería lo más fácil, lo más elocuente,lo más sencillo. Pidiendo ayuda a veces también se aprende, puedes crecer enconocimientos, en herramientas o incluso en un momento dado liberarte de esasobrecarga.
Los padres,las madres, en definitiva, las familias, no estamos preparados para serlicenciados en todo....
¿Entonces?...¿Por qué te cargas con todo? Cuando lo más lógico sería " delegar ".
Tu saludfamiliar te lo agradecerá, tu calidad de vida en pareja también, y sobre todolos más pequeños.
A veces lasituación de estrés familiar que vivimos es fruto de sobrecargas, de no podergestionarlo todo y sobre todo esta parte la sufrimos con más frecuencia las mujeres,las madres.
Con estasituación que hemos vivido esta cuarentena y que seguimos viviendo en el tiempode "desfase" y de vuelta a la nueva normalidad, en la que hemostenido que hacer de madres y padres, de amas y amos de casa, de profesores y maestras,de monitores y monitoras de tiempo libre, de psicólogos y psicólogas, dedinamizadores y dinamizadoras de nuestros hijos e hijas.... nos hemos dadocuenta de que " a cada maestrillo su librillo".
No podemoshacer de todo, no. Aunque tú te creas capaz... no llegarás, en algún momento...te sobrecargarás, o incluso no tendrás los conocimientos suficientes parallevarlo a cabo de manera positiva.
Cuando tuordenador se rompe, o se rompe la lavadora lo llevas a arreglar a un técnico...
Y... ¿porqué cuando nuestros hijos o hijas tienen que estudiar y no consiguen hacerlosolos o solas, intentamos ayudarles muchas veces de manera frustrante, porque noobtenemos buenos resultados?
¿Y sibuscamos un acompañante o un "técnico educativo" que pueda ayudarnos?
O cuando seaburren les damos Tablet, pantallas, en lugar de buscar otras alternativascreativas con acompañantes o técnicos especialistas que puedan darnossoluciones para ofrecer a nuestr@s hij@s unas alternativas más saludables,creativas...
¿Y sihubiera llegado el tiempo de ir dejando sacos de carga?
¿Y sihubiera llegado el tiempo de buscar alternativas, profesionales, ideas de otrosque puedan servir para alimentar las tuyas?
¿Y si yo con lo que sé pudiera ayudarte a ti con lo que no sabes?
Muchas vecespensamos que por ahorrarnos "cuatro duros" podemos llegar a todo. Yrealmente esos "cuatro duros" bien invertidos, podrían ahorrarnoscarga y darnos paz.
Pensar entodo el dinero que invertimos en otras cosas, en gastos absurdos o viciosinnecesarios. Esta cuarentena nos hemos dado cuenta de todo el dinero quegastábamos en cosas que realmente no eran necesarias.
Guardar un poquito para "aliviar nuestra carga" es invertir encalidad de vida.
Creo en lasnuevas formas de eliminar nuestras cargas ayudándonos en comunidad, porque yosé hacer cosas que quizás tú no sepas y necesites mi ayuda.
Esta vueltaa la "nueva normalidad" nos está proponiendo cambios.
Porque si el mundo cambia, si la vida cambia seríaabsurdo seguir haciendo lo mismo de siempre.
Si te gusta... ¡COMPARTE!







